De delirios antojados y tamizada de ironía, ella es tan sutil como agresiva, es divertida. Es inquieta, le encanta curiosear... se asusta, se empapa... toma impulso. Se tropieza, se lastima, es tan sensible! así aprende... así enseña. Su musa, la que muere y renace... es tan ciclotímica! Es intensa y se cobija en su misterio de energías que tiemblan... de las que vibran y se conectan con lo espontaneo del fluir. Descubre, abre y dispara... no se calla, pasa inadvertida como luna nueva... Sigilosa, mira de reojo, grita... tanto como fluye. Observa de los que saben... la escuchan... los que la pueden oir... La ven fuerte, pero en el talón tiene un aquiles que la atrapa... sin embargo ese es el secreto de su aprendizaje: los quiebres son sus herramientas, cual martillo del carpintero... Sigue entusiasmada, con un motor inagotable, quién sabe? de vidas pasadas... Buscando convivir con la realidad... la que puede construir, la que ella quiere disfrutar!
jueves, 29 de abril de 2010
él...
Inteligente, creativo, imprudente... Él se distingue por surgir, por brillar, por perdurar. Es atrevido... se manda, sin pensar... actúa más de lo que siente, se lo guarda, sufre y se calla... Es intolerante, impaciente y ansioso... orgulloso, perder... ni en las bolitas!! Es irónico, es soberbio, pero esconde su sensibilidad con pequeños gestos que contagian. Sabe compartir, es bondadoso y da mas de lo que recibe. Las emociones se expresan con su arte, pero en la garganta mezquina un silencio que no sale. Se guarda, se refugia, se aísla. Su musa es ella, la que lo inspira como un brote de retoño... Se expande y fluye... pero no se convence, duda, se marea... En ese remolino de cobardía queda atrapado y huye... hasta que se da cuenta y aparece... con un perdón que duele, pero resurge, como el brote que lo seduce. Así son sus ciclos: de su inspiración se nutre y anda por la vida, buscando, huyendo, encontrando... Sus ojos lo dicen todo.
domingo, 18 de abril de 2010
mezquindad
fogón de Tulumba - otoño 2010
Qué mezquinos cuando nos vinculamos con el otro desde una burlona ironía, se nos infla el orgullo y así convencidos nos creemos que tenemos autoridad moral para disparar una soberbia opinión... así avanzamos por la vida con el pecho grande relacionándonos después que nos han sobado el lomo... nos quedamos subidos al pedestal de oro, alimentados por aplausos y elogios... que van y vienen en la misma sintonía... qué mezquinos...
Qué mezquinos cuando jugamos con la manipulación encubierta... qué mentira tan grande... qué mediocres nos convertimos... regateando te quieros como en el mercado de frutas... como un simulacro de sensación cosmética... negociando miserias, porque nos tiemblan las patas cuando el corazón dispara con munición pesada... qué mezquinos...
Qué mezquinos cuando vemos la debilidad del otro como instancia de superación... nos mentimos autoconvencidos que somos mejores... disfrutamos inconcientemente en silencio con la espina que le duele al otro... compitiendo por un ego falso que solamente distrae el alma... haciéndola saber completa, cuando en verdad se agrieta y derrama sangre transparente y no nos damos cuenta... qué mezquinos...
Qué mezquinos cuando nos quedamos acobardados en la zona de confort, cuando buscamos agradar, cuando nos asustamos en creer y crear, cuando acordamos a cualquier precio por miedo al rechazo, cuando nos aturde la soledad y resignamos nuestras elecciones, cuando las carencias son más grandes que las verdades, cuando las formas son más que los contenidos... qué mezquinos...
Qué mezquinos cuando queremos deshacernos de un vínculo débil que no supimos nutrir, como perro que deja a un lado la comida porque está lleno... cuando por ansiedad nos atragantamos o quedamos empalagados de pura gula... le echamos la culpa al otro de nuestras propias falencias y no nos hacemos cargo de lo que nos toca... qué mezquinos cuando abandonamos por miedo al miedo, al mío, al del otro... porque nos incomoda, porque nos duele... qué mezquinos...
Qué mezquinos cuando no me animo, cuando el alter ego no coincide con mi Yo pero me quedo mirando para afuera añorando con nostalgia lo que no tengo... cuando siempre me falta, cuando siempre me quiero ir de donde estoy, cuando no miro mis pasos y no valoro mi esfuerzo, cuando me saben a poco los logros porque me quedo en el éxito de la cima y no en el trayecto... como la pequeña muerte después de la explosión de un orgasmo... qué mezquina esta realidad... qué mezquinos...
lunes, 5 de abril de 2010
magia de la carolina
inspirada en los colores tulumbanos, otoño 2010
cacerolas atrevidas,
una pizca de sabor
el susurro en un suspiro
oliva salpicado y camarón
las arrugas del recuerdo
y ventanas por doquier
luna del otro lado
como tinta del malbec
a la mañana agua fría
y un nogal que busca sol
primavera con otoño
que visitan su señor
en el fondo pies descalzos
rúcula y choclos de estación
la carolina se hace intensa
con una espina en el talón
lunares, óleo, pliegues
el crujir de un turrón
espuma de gin tonic
espuma de gin tonic
suena lila en el rincón
despertar con ruido de lluvia
un hornero en el balcón
desayuno de membrillo
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