simplemente dispersan cocos amarrados en los árboles con nueces en su interior...
los monos hambrientos salen desaforados en busca de sus nueces y las sostienen con facilidad...
los cocos tienen la boca lo suficientemente ancha como para meter la pequeña mano del mono... pero lo suficientemente estrecha como para caer en la trampa...
al agarrar y cerrar el puño... queda encerrado en la voraz hambruna, aferrado a su nuez...
la única manera de recobrar su libertad es soltando... pero su ceguera famélica no se lo permite... una vez sugetada, nunca se imagina la posibilidad de soltar la nuez.
entonces...
en este mundo de monos hambrientos...
solo basta con abrir la mano...
en este mundo de monos hambrientos...
solo basta con abrir la mano...
soltar la nuez...
y escurrirse para estar en libertad.
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