domingo, 7 de marzo de 2010

quietud...

el cambio, el andar, el camino...
justifica ausencias, carencias, ansiedades, soledades...
la consigna de la búsqueda consistía en salir, en dejar, en soltar...
el permanente movimiento ahora tapa la posibilidad de surgir y aceptar...
de encontrarse y encontrar...

Detenerse para ser elegidos, distinguidos, reconocidos, aceptados...
el buscar afuera y encontrarse ha sido la punta del ovillo
del proceso de mi evolución...
y ahora... ¿qué hacer con la quietud?
asentada y tranquila... ¿para que sirve?
sirve para seguir mirando adentro...
esos rebuscados escondites polvorientos...
los que nunca miro, los que nunca elijo...
sirve para recibir... dejarse amar...
agradecer, dar oportunidad...
dar lugar a lo que tiene que suceder...
es desafiante convivir con la calma...
los contrastes siguen hasta en la quietud...


"Dicen que todo lo que estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos, nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas, descansa..." (Clarissa Pinkola Estes: Mujeres que corren con los lobos)

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