el cambio, el andar, el camino...
justifica ausencias, carencias, ansiedades, soledades...
la consigna de la búsqueda consistía en salir, en dejar, en soltar...
el permanente movimiento ahora tapa la posibilidad de surgir y aceptar...
de encontrarse y encontrar...
Detenerse para ser elegidos, distinguidos, reconocidos, aceptados...
el buscar afuera y encontrarse ha sido la punta del ovillo
del proceso de mi evolución...
y ahora... ¿qué hacer con la quietud?
asentada y tranquila... ¿para que sirve?
sirve para seguir mirando adentro...
esos rebuscados escondites polvorientos...
los que nunca miro, los que nunca elijo...
sirve para recibir... dejarse amar...
agradecer, dar oportunidad...
dar lugar a lo que tiene que suceder...
es desafiante convivir con la calma...
los contrastes siguen hasta en la quietud...
"Dicen que todo lo que estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos, nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas, descansa..." (Clarissa Pinkola Estes: Mujeres que corren con los lobos)
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