lunes, 29 de marzo de 2010
domingo, 28 de marzo de 2010
desesperación muda
bijou de Sapa - Vietnam 2009
los escondites del inconsciente
los patrones de la infancia
la ausencia de mi papá
la monotonía
las amenazas
las justificaciones
el karma
las fronteras
no trascender
la parálisis
el silencio
la necedad
el miedo al miedo
el vacío
el deseo de morir
la desilusión
la soledad
la costura de mi cicatriz.
El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.
Aldous Huxley.
domingo, 21 de marzo de 2010
tiempo de algarrobo
dedicado al Arbol de Sebastián
(otoño 2010).
profundas sus raíces...
más cerca del cielo,
despliega su copa torcida,
él se quiere acostar...
tiempo de algarrobo
para crecer,
dar sombra,
cimientos del hornero...
para inspirar.
secas sus ramas,
más vainas puede brotar...
simple es su muerte...
aturdido de claveles
que lo pueden ahogar...
aún seco y deshidratado
al cielo puede contrastar...
a la tarde el sol cae...
el me viene a confesar...
los pájaros lo siguen buscando,
el carpintero toca la puerta...
la paloma viene a descansar...
lenta va su vida...
su nobleza ha de legar...
¿cómo hacer en estos tiempos?
un nogal lo viene a reemplazar.
sábado, 13 de marzo de 2010
materia prima
Cocinando en el desierto de Jaisalmer - India 2009
una reconciliación
los fluidos
el mar
el cordón umbilical
la mirada frente al espejo
el 1º día de clases
el abecedario
la lágrima de mi mamá
la noticia de un enfermo
una tomografía axial computada
el concepto de la muerte
la cama vacía en un hospital
harina y fuego en medio del desierto
las pestañas de un camello
una piedra en el zapato
el camino por andar
una semilla descuidada
la sombra del tala
la bosta de vaca, el barro,
la vertiente del manantial
el puño alzado
mi perspicacia
el teclado
un libro a punto de terminar
la vía láctea
una noche estrellada
mi espalda en la tierra
una estrella fugaz.
domingo, 7 de marzo de 2010
quietud...
el cambio, el andar, el camino...
justifica ausencias, carencias, ansiedades, soledades...
la consigna de la búsqueda consistía en salir, en dejar, en soltar...
el permanente movimiento ahora tapa la posibilidad de surgir y aceptar...
de encontrarse y encontrar...
Detenerse para ser elegidos, distinguidos, reconocidos, aceptados...
el buscar afuera y encontrarse ha sido la punta del ovillo
del proceso de mi evolución...
y ahora... ¿qué hacer con la quietud?
asentada y tranquila... ¿para que sirve?
sirve para seguir mirando adentro...
esos rebuscados escondites polvorientos...
los que nunca miro, los que nunca elijo...
sirve para recibir... dejarse amar...
agradecer, dar oportunidad...
dar lugar a lo que tiene que suceder...
es desafiante convivir con la calma...
los contrastes siguen hasta en la quietud...
"Dicen que todo lo que estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos, nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas, descansa..." (Clarissa Pinkola Estes: Mujeres que corren con los lobos)
martes, 2 de marzo de 2010
la del mono...
cuenta una vieja técnica...que en un lejano país de las islas del Pacífico, los cazadores salen en busca de monos indefensos...
simplemente dispersan cocos amarrados en los árboles con nueces en su interior...
los monos hambrientos salen desaforados en busca de sus nueces y las sostienen con facilidad...
los cocos tienen la boca lo suficientemente ancha como para meter la pequeña mano del mono... pero lo suficientemente estrecha como para caer en la trampa...
al agarrar y cerrar el puño... queda encerrado en la voraz hambruna, aferrado a su nuez...
la única manera de recobrar su libertad es soltando... pero su ceguera famélica no se lo permite... una vez sugetada, nunca se imagina la posibilidad de soltar la nuez.
simplemente dispersan cocos amarrados en los árboles con nueces en su interior...
los monos hambrientos salen desaforados en busca de sus nueces y las sostienen con facilidad...
los cocos tienen la boca lo suficientemente ancha como para meter la pequeña mano del mono... pero lo suficientemente estrecha como para caer en la trampa...
al agarrar y cerrar el puño... queda encerrado en la voraz hambruna, aferrado a su nuez...
la única manera de recobrar su libertad es soltando... pero su ceguera famélica no se lo permite... una vez sugetada, nunca se imagina la posibilidad de soltar la nuez.
entonces...
en este mundo de monos hambrientos...
solo basta con abrir la mano...
en este mundo de monos hambrientos...
solo basta con abrir la mano...
soltar la nuez...
y escurrirse para estar en libertad.
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