¿Qué nos pasa cuando buscamos incansablemente algo y no somos tolerantes con el resultado que conseguimos? Nos preguntamos ¿por qué lo obtenido nos incomoda?... nos saca del espacio rutinario... no aguantamos lo diferente, lo nuevo... nos aferramos a los patrones del pasado y ni si quiera nos acordamos de cuánto deseábamos despojarnos de aquella insoportable sensación ...
¿Qué pasa con nuestra tolerancia? ¿qué pasa cuando las cosas comienzan a ser distintas...? abandonamos ese estado que nos acompañó por mucho tiempo... que añorábamos soltar... ahora que nos toca despedirnos de ellos... nos amarramos caprichosos como infantes en el 1º día de clases... sin embargo, aborrecemos su presencia... ¿qué incoherente no?
¿Por qué encontramos respuestas satisfactorias en costumbres incorporadas? ¿por qué no nos permitimos adquirir un nuevo pensamiento? ¿qué pasa con nosotros que nos resistimos a soltar? vivimos en la pompa del idealismo aburrido y cuando explota, asomamos el hocico... nos desesperamos en silencio inconsciente... y automáticamente nos buscamos otra burbuja de ideas inalcanzables...
Así abandonamos la crisis adolescente de las utopías para entrar a la adulta sensación de vacío incuestionable... caminando quién sabe por qué, con mochilas innecesarias... hasta dónde? hasta donde nos de el cuerpo... hasta donde nos resista la lucidez, hasta que miremos al espejo y encontremos las imborrables arrugas de la vida y nos dejemos estallar por esto que irremediablemente somos.
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