Los de la madurez...
los del cuerpo, los de las emociones, los de la inteligencia, los del espíritu.
Ruinas de Angkor Wat - Camboya 2009
Los umbrales son las etapas que cruzamos, con las cuales evolucionamos. Están siempre... forman parte de nuestra esencia. Los atravesamos cuando logramos iluminarlos, distinguirlos. Cuando logramos escucharnos, observar y observarnos. Los umbrales nos entregan la trama con la que está hecho nuestro tejido vital, existen y conviven con nosotros. No se explican, no se entienden... se perciben, se intuyen, se viven. Son tan sutiles como imperceptibles... Es darse cuenta de lo que siempre estuvo en nosotros, lo que nos compone como ser... único. Nos descubrimos como personas a medida que abrimos la puerta de nuestros umbrales, el ritmo es la paciencia, con los tiempos del presente, los del fluir, los de nuestras elecciones, nuestros estados, la realidad que construimos, nuestras compañías, nuestras soledades, nuestras conversaciones, nuestros vínculos... somos el conjunto de todas estas distinciones... somos los umbrales que transitamos...
Hay distintas maneras de descubrirlos y perdurar en ellos...
ése es el sentido de nuestra búsqueda
